Hallan restos humanos de 2,8 millones de años.
Se trata de la mitad del lado izquierdo de una mandíbula inferior, con cinco dientes en bastante buen estado.
El hallazgo fue encontrado en Etiopía. Ya en 2013, Chalachew Seyoum, un estudiante etíope que estudia en la Universidad Estatal de Arizona, descubrió un diente y pronto, más restos.
Este hallazgo pone de manifiesto una vez más que la antigüedad del ser humano está lejos de determinarse. Cada vez encontramos más evidencias que demuestran que estamos en este planeta desde hace mucho más de lo que imaginamos.
La naturaleza es implacable con los restos que las diferentes civilizaciones intentaron dejar para la posteridad. Algunos de esos restos, más o menos recientes, son los que hemos descubierto en nuestra época, o los que siempre han estado expuestos, como las pirámides de Egipto, por poner un ejemplo, y que nos hemos acostumbrado a verlas.
Quizás estas civilizaciones tan adelantadas fueron la herencia de otras perdidas y olvidadas, cosa que no es descabellado pensar, porque no es posible que el ser humano, de repente se despierte un buen día y comience a hacer pirámides y templos gigantescos. Eso requiere muchos cientos de años, o milenios, hasta que el ser humano llega a un nivel de civilización capaz de construir ese tipo de monumentos.
Pero..... ¿y los restos que posiblemente desaparecieron y jamás serán descubiertos? Es evidente que sabemos muy poco de nuestro pasado, aunque cada vez nos sorprendan más las evidencias de restos hallados con tanta antigüedad.
¡Que lejos estamos de los cálculos que hicieron los que especularon con la antigüedad del ser humano basándose en los datos de las Sagradas Escrituras, calculando a partir de Adán hasta nuestros días!
Los más creíbles nos decían que desde Adán hasta la actualidad habían transcurrido unos seis mil años, aproximadamente.
¡Nada más lejos!